Texcoco, Méx., 22 de octubre 2015.-Ante el riesgo ambiental que representan las 5,300 toneladas de desechos de envases de plaguicidas que se generan anualmente y que son depositados en el campo, la Universidad Autónoma Chapingo y la Asociación Civil Amocali firmaron un convenio de colaboración a fin de dar un tratamiento adecuado a estos residuos tóxicos, los cuales son generados por los productores para el control de plagas en diferentes cultivos.
Alejandro Galindo Betancourt coordinador general de la asociación civil informó que de no llevar un adecuado control de estos envases, se corren riesgos tanto para el medio ambiente como para la salud, debido a que son residuos de materiales peligrosos.
Comentó que aun cuando no representan ni el 1%, si se les compara con los desechos que se generan de botellas de agua y refresco, que es de 750 mil toneladas al año: “La diferencia radica en que son desechos urbanos y se ´pueden guardar en casa, pero los de plaguicidas deben de tener un tratamiento diferente porque hay riesgos para el medio ambiente debido a que pueden contaminar el suelo, mantos de freáticos, o bien, si se queman generan emisiones que contienen urano, lo que afectan la salud de quienes lo respiren”.
Detalló que con el convenio establecido con la Universidad Autónoma Chapingo, se pretende llevar a cabo una serie de actividades para que los alumnos conozcan los programas para dar tratamiento adecuado a los envases de plaguicidas, información que deben de difundir entre los productores cuando vayan al campo; añadió que también se busca la posibilidad de que desarrollen proyectos de tesis relacionados con el desarrollo sustentable.
Indicó que con ello, se pretende impulsar proyectos de maquinaria para una planta de reciclaje: “Debemos de buscar la posibilidad de que esos plásticos sirvan a la agricultura, por ejemplo, el agricultor utiliza varas para sostener las hortalizas, a los que se les llama tutores, y éstos pueden hacerse de plástico reciclado dentro de la misma universidad, de esta manera se contribuye a no cortar esas varas y a utilizar un residuo peligroso”.
Señaló que cada año va en aumento la generación de envases en donde el 95% se le ha dado un uso adecuado, algunas se reciclaron, otras se llevaron a cementeras para ser utilizadas como fuentes alternas de combustible o se canalizaron a hornos autorizados por la Semarnat, para generar cenizas que son inofensivas para el ser humano.
Subrayó que la mayoría de este tipo de desechos se manda a reciclar para obtener productos como son las jaulas que se van a instalar en la Universidad Autónoma Chapingo que servirán para guardar envases: “En la Ciudad de México este material se ha utilizado para los topes de los carriles confinados del microbús, es decir, se busca que se elaboren productos que no tengan contacto con el ser humano y que tengan beneficio para la agricultura o construcción”
En su oportunidad, el ingeniero Luis Othón Espinosa Carrillo, director del departamento de Parasitología Agrícola, dijo que además de la vinculación con empresas, la Universidad Autónoma Chapingo, busca que los estudiantes tengan una cultura en el manejo de envases en lugares apropiados: “Este programa se expande a toda la república, por ello, al hacer su servicio social llevan la idea y proponen a los productores se les dé un lavado adecuado para su almacenamiento”.
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