Ecatepec, Méx., 30 de noviembre 2016.-La Unión Industrial del Estado de México (UNIDEM) se pronunció por ser cautelosos en el incremento de salario mínimo, toda vez que si el primero se fija en los 89.35 pesos por día y la inflación crece por encima del 15 por ciento, se prendería la mecha para una espiral inflacionaria que pegaría directamente al bolsillo de las familias mexicanas pese al aumento de sueldo.
Francisco Cuevas Dobarganes recordó que actualmente el salario mínimo, es “ridículo, ya que no alcanza ni siquiera para comprar la canasta básica”, como resultado de muchas décadas de políticas públicas populistas donde al gobierno le convenía tener gente pobre, cuya condición administraba el gobierno mediante dádivas.
“El salario mínimo es uno de esos lastres que aún quedaron, que se puede y se debe de mejorar. Aplaudimos la voluntad del gobierno federal y la Coparmex por acabar con este problema, pero pensamos que se deben de meditar las formas”, apuntó Cuevas.
El líder empresarial dijo que el camino debió haber sido controlar el gasto público pero el gobierno “no quiso ajustarse el cinturón y mantuvo un gobierno rico que dispendia los recursos de un país pobre que los lleva a delinquir, emigrar o dedicarse a actividades informales”, apuntó.
Para UNIDEM el salario mínimo debería de fijarse por encima de los 100 pesos, sin embargo, ahora no es momento adecuado debido a la baja de los precios de petróleo, el enorme déficit público, la deuda pública y sobre todo por la incertidumbre de la entrada de Donald Trump al gobierno de los Estados Unidos; aunado a que los años 2017 y 2018 son electorales y se suele gastar en exceso.
Francisco Cuevas recordó que el gobierno ha hecho un esfuerzo para desanclar todas las multas y demás cuantificaciones públicas que estaban en función de determinado número de veces el salario mínimo, lo cual contribuye a que los efectos inflacionarios sean menores, pero por otro lado, muchas empresas, aunque pagan sueldos muy por encima del salario mínimo, tienen fijadas muchas de sus prestaciones también en función del mismo.
Adicionalmente casi toda la actividad turística, con un futuro claro a diferencia de sectores como el industrial y comercial, tiene sus remuneraciones basadas en el mínimo, ya que la percepción principal de los trabajadores son las propinas, para el caso de meseros, cocineros y camaristas, por ello sería un golpe importante para esta industria que sería una opción viable para connacionales deportados de Estados Unidos.
“Nuestra propuesta es que se incremente el salario mínimo a razón del doble de la inflación por lo próximos 10 años a reserva de que las condiciones macroeconómicas mejoren tanto en el ámbito nacional como internacional, en ese caso, la actualización podría ser mayor, hasta alcanzar el nivel real que se tenía a principios de la década de los setentas”, apuntó el director general de UNIDEM.
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