• Tanto autoridades federales como estatales deben responder
por los daños ocasionados a la Presa Madin por el tiradero de Tepatlaxco.
• A pesar de ser responsabilidad de CONAGUA, el gobierno
municipal analiza la calidad del agua.
Naucalpan, Méx., Aun cuando el funcionamiento y vigilancia de los índices de
calidad del agua de la Presa Madin, dependen totalmente del gobierno federal, a
través de CONAGUA, la alcaldesa de Naucalpan, Angélica Moya realiza acciones,
dentro de sus atribuciones, para exigir a las autoridades correspondientes dar
solución a la problemática ambiental ocasionada por las explosiones del
tiradero de Tepatlaxco.
Este relleno sanitario en el municipio de Naucalpan, fue
concesionado por el gobierno del Estado de México a la empresa Pro-Faj y hasta
antes de su clausura era receptor de 1,500 toneladas diarias de basura
provenientes de la Ciudad de México, principalmente.
Alejandro Vences Mejia, director de OAPAS informó que tanto
él como la presidenta municipal sostuvieron una mesa de trabajo con la procuradora
federal de Medio Ambiente, Blanca Alicia Mendoza para dar seguimiento al daño
ocasionado por las explosiones en relleno sanitario de Santiago Tepatlaxco y
proteger así la salud de quienes reciben agua de la presa.
Al respecto, agregó que la PROFEPA se comprometió a
proporcionar información de la calidad del agua de la presa Madin y poder
evaluar si el Organismo de Cuenca de Aguas del Valle de México determina
limitar el consumo humano del recurso hídrico.
Después del primer incidente en el relleno de Santiago
Tepatlaxco, la titular del ejecutivo local, Moya Marin giró instrucciones a
OAPAS, el cual contrató al laboratorio Intertek + ABC Analitic para recolectar
muestras de agua presuntamente contaminada.
Erika Peimbert de Gyves, subgerente de efluentes y calidad
del agua del organismo informó que los primeros resultados de los estudios
revelaron que, aunque en el caudal del Río San Juan se diluyen los lixiviados
(contaminantes líquidos generados en un relleno sanitario) y sólidos tóxicos, el
recurso almacenado en la Presa Madin, registra una concentración de hierro y
manganeso de entre 200% y 300%, respectivamente.
Ello, continúo, supera los límites de metales estipulados,
por lo que es importante monitorear y disminuir las concentraciones
contaminantes provenientes de los escurrimientos y ríos que confluyen a la
presa para poder mantenerlos por debajo de los límites de la
NOM-001-SEMARNAT-2021, con el fin de mantener la vida acuática y conservar las
características fisicoquímicas adecuadas para la potabilización del agua.
Las explosiones de julio y agosto provocaron escurrimientos
de líquidos tóxicos y contaminación en el Río San Juan y, por consecuencia, en
la Presa Madin, concluyó.
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