En Neza se Reivindica a Juárez Como un ser Sensible y Humano



Nezahualcóyotl, Méx., 29 de junio 2013.-Los novelistas y escritores Eduardo Antonio Parra y Paco Ignacio Taibo II con sus obras reivindican a Benito Juárez como un ser humano, que ríe y se enoja, que sufre y ama, que maldice o tiene miedo; se burla, ambiciona; tan preocupado por su lugar en la historia como por sus hijos o por el futuro del país y que vivió en medio de la invasión francesa y la traición,  y no es el personaje como lo pintaron los de un régimen político en los libros de historia,  frio, tieso, convertido en una estatua de bronce, y que su nombre está en una estación del metro o en una calle.
Durante cerca de una hora en la Tertulia, que se llevó a cabo en el marco de la 1er Festival Nacional del Libro en Neza, Para Leer en Libertad, los escritores Paco Ignacio Taibo II y Eduardo Antonio Parra, hablaron de sus obras “La Lejanía del Tesoro” y “Juárez, el Rostro de Piedra”, respectivamente, ante un nutriente público que se dio cita en la explanada del palacio municipal para escucharlos.
Ambos, coincidieron que los integrantes de su gabinete como Miguel Lerdo de Tejada, Melchor Ocampo, Guillermo Prieto, entre otros, llegaron a ser más inteligente que él, a lo que el  no tenía miedo, porque sabía escuchar a todos, hacía una síntesis y como tenía el mando que le habían otorgado, tomaba las decisiones, por lo que se ganó el respeto de sus colaboradores y de la nación.
Mencionó Paco Ignacio Taibo, que lo a él lo llevo a escribir “La Lejanía del Tesoro” fue entre otras causas, conocer algunos anécdotas que eran fascinantes, que rasgaban  a lo literario, que hacía novelescos la vida de Benito Juárez, a partir de ahí, nació su interés sobre este personaje, al que la historia había retratado como una persona rígida, tiesa, inalcanzable, el símbolo de la resistencia, “pero los símbolos se construyen con seres humanos a los que puedes tocar, sentir, el problema es que la retórica priista de estos últimos años, lo habían despojado de calor para convertirlo en piedra, en nombre de calle, de estación del metro o en placas”.
Por su parte Eduardo Antonio Parra, quien se caracterizó por su estilo de escribir novelas policíacas, menciona que “Juárez el Rostro de Piedra”, viene de una inquietud de conocer que había más allá de lo que todos sabemos por los libros de texto, de su niñez cuando él era “pastorcito”, y de cómo llegó a ser presidente, pero que nadie sabe cómo llegó y por lo que pasó durante su mandato.
Mencionó que para conocer la grandeza y las miserias del hombre, sus fortalezas y debilidades, de sus aciertos y errores, empezó por leer las numerosas cartas de que escribió Juárez, en donde se encontró un hombre totalmente sensible, pasional, iracundo y que expresaba opiniones, “fue un hombre que se ganó el respeto de su gabinete, generales y de la Nación”.
Paco Ignacio II concluyó su presentación, con esta reflexión, Juárez está vivo, el de verdad, no ese a monolítico, sin contradicciones, “en Juárez sale voluntad de poder, a veces exagerado,  de dominio de control y al mismo tiempo, hay un respeto a la idea de que tenemos que construir un país basado en la libertad de opinión, de cultos. La democracia es real, es la mejor herencia que podía dejar a un pobre México, despojado de estas virtudes”.
Finalmente Eduardo Antonio Parra, señaló que los presidentes más criticados en la prensa de ese entonces, hasta por caricaturistas, fueron Benito Juárez, Lerdo de Tejada y Francisco I Madero, y que algunos historiadores se confunden y argumentan que no eran queridos por el pueblo, “pero se equivocan porque son los únicos presidentes, que dieron absoluta libertad de prensa, elemento principal de la democracia”. 
Después de esta tertulia, que es la primera de tres, los escritores y novelistas firmaron libros y se tomaron fotografías con sus admiradores, durante varias horas.

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