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Representa
una de las tasas más altas de mortalidad femenina en el mundo
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En
México ocupa el primer lugar entre las causas de mortandad por cáncer
Toluca, Méx., 18 de
julio 2013. Una
de las tasas más altas de mortandad en México lo representa el cáncer de cuello
uterino (también llamado cáncer cervical), originado principalmente por el
Virus de Papiloma Humano (VPH) que se trasmite de persona a persona durante las
relaciones sexuales, así lo dio a conocer el doctor Marco Antonio Aldama
Arzate, Coordinador de Ginecología del Hospital General Toluca perteneciente al
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado
(ISSSTE) en la entidad mexiquense.
El
Virus de Papiloma Humano “es tan común que las personas lo contraen en algún
momento de su vida, generalmente no causa síntomas, por ello las mujeres no
saben que lo tienen y aunque, en su mayoría desaparece por sí sólo de no ser
así es muy probable que cauce cáncer de cuello uterino”, añadió el especialista.
Actualmente la
situación se ha tornado un problema de salud pública por lo que el ISSSTE
recomienda a las mujeres derechohabientes, y de la población en general,
realizarse la prueba de Papanicolaou -a través de la cual se identifican los
precánceres, así como cambios en las células del cuello uterino que, si no son
tratados de forma adecuada, pueden convertirse en cáncer-, al
menos cada tres años a partir de la edad de inicio de las relaciones sexuales,
o bien se realicen la prueba del Virus de Papiloma Humano, misma
que sirve para identificar el virus causante de los cambios celulares.
Se
conocen diversos tipos de VHP, algunos de ellos ocasionan cambios en el cuello
uterino de la mujer que con el paso del tiempo pueden convertirse en cáncer,
otros causan verrugas genitales y unos más afectan la piel de las áreas
genitales.
Entre
los factores que aumentan el riesgo de padecer cáncer cervical se encuentran:
fumar, tomar pastillas anticonceptivas durante mucho tiempo (cinco años o más),
haber dado a luz a varios hijos, tener varias parejas sexuales, tener VHI.
En
relación a ello, expresa doctor Aldama Arzate, “existen dos vacunas para
proteger a las mujeres contra los tipos de VHP, las cuales están recomendadas
para niñas de 11 a
12 años de edad y para niñas y mujeres de 13 a 26 años que no hayan recibido ninguna
dosis o que no hayan completado la serie cuando eran más pequeñas. También se
pueden comenzar a administrar las vacunas en las niñas de 9 años de edad”.
El especialista adscrito al ISSSSTE añadió que, es
importante considerar que aunque la mujer se haya vacunado contra el VPH, se
debe hacer pruebas habituales para la detección del cáncer de cuello uterino.
Los
tratamientos para este problema de salud, a decir del coordinador de
Ginecología en el Hospital Toluca, “dependen de cuánto se haya extendido en el
organismo y del tipo de cáncer; generalmente se atienden con cirugía, es decir
extirpar el tejido canceroso por medio de una operación; a través de
quimioterapia que implica el uso de medicamentos para reducir o eliminar el
tumor, y radioterapia en la que se aplican rayos de alta energía para eliminar
las células cancerosas”.
En
caso de que el médico indique la presencia de cáncer de cuello uterino, debe
remitirle a un ginecólogo oncólogo, es decir, un médico capacitado para tratar
los cánceres del aparato reproductor femenino, el cual diseñará un plan de
tratamiento adecuado.
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