* El Hospital Materno Perinatal “Mónica Pretelini”, del ISEM, es el único nosocomio de América Latina que cuenta con esta tecnología.
Toluca, México 11 de enero de 2015.- Gracias a la cámara de retinopatía Ret Cam3 que se encuentra en el Hospital Materno Perinatal "Mónica Pretelini" del Instituto de Salud del Estado de México, es posible identificar alteraciones de estructura en la retina para evitar la ceguera, lo cual ha beneficiado a 192 bebés en los últimos tres años.
La jefa de la División de Neonatología de este nosocomio, Cristina Reyes Miranda, explicó que con esta tecnología se puede hacer una revisión del fondo del ojo y detectar alteraciones asociadas a prematurez, oxígeno o factores de riesgo que contribuyan a una ceguera.
“Hacemos tamizajes para detectar modificaciones en la retina de los bebés que nacieron antes de las 40 semanas de gestación, que hayan estado expuestos a otros factores de riesgo, infecciones repetidas, niños con hemorragia o dependencia de oxígeno prolongado”, abundó.
Explicó que la retina de los bebés prematuros requería un tiempo de maduración y el hecho de que nazcan antes de tiempo implica que están expuestos a estímulos visuales que no deberían de existir como la luz, los ojos abiertos y medicamentos, entre otros.
Abundó que la cámara permite ver, a través de un video, la totalidad de los cuadrantes de la retina y de la imagen que proyecta se toman fotos de las alteraciones para que especialistas determinen el tratamiento adecuado para evitar la ceguera.
“Esta generación de cámara cuenta con un aditamento que permite administrar un colorante de manera intravenoso y permite ver zonas con riesgo de derrame o con un derrame establecido dentro del ojo”, indicó.
Reyes Miranda agregó que con la Ret Cam3 también se puede llevar un seguimiento y tener un antecedente histórico de las imágenes, pues permite almacenar los exámenes de miles de pacientes, con lo que se compara la evolución del paciente.
Especificó que este tipo de revisiones antes se hacían a través de una lupa, sólo de un lente y era un sólo médico el que podía verlo, el resto del equipo tenía que imaginarlo con la explicación, pero no existía un histórico que contrastara la mejoría luego de someter a tratamiento.
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