Fuga del Chapo muestra Vulnerabilidad de las instituciones

                       

Almoloya, Méx. 12 de julio 2015.- El senador Alejandro Encinas señaló hay hechos que desde que se presentan resultan emblemáticos en las sociedades, y en la percepción que las sociedades tienen de sus gobiernos y de sus instituciones. Vicente Fox recibió la noticia de la fuga del entonces líder del cártel de Sinaloa, Joaquín “el Chapo” Guzmán, el 19 de enero de 2001, a escasos 50 días de haber tomado protesta como Presidente de la República, y significó uno de los primeros golpes a su imagen y a la eficiencia de las instituciones que entonces comenzaba a dirigir. Incluso el propio Fox se tuvo que referir en no pocas ocasiones a que ni él ni su gobierno tuvieron que ver con dicha fuga, ya que se especuló incluso acerca de esa posibilidad.

Ya libre, el Chapo reconstituyó su poderío económico, su fama personal, y la leyenda de ser el cártel consentido del régimen panista. Ya en el 2011 el investigador y doctor en sociología de la UNAM René Jiménez Ornelas mencionaba que "Si hay realidad en esa capacidad, en ese poder, que ha alcanzado el Chapo, siempre (ha sido) al amparo (de las autoridades), hay que recordar que su fuga solamente se explica a nivel de la coparticipación de diferentes niveles de poder. Se sospecha inclusive de los más altos niveles de poder que estuvieron dentro de este escape y consolidación de su grupo". En paralelo, es posible afirmar que durante el tiempo que el Chapo estuvo libre expandió su poder a Centro y Sudámerica, Estados Unidos y Europa. 

Es por ello que la fuga del Chapo nunca se borró como uno de los principales fracasos de la administración de Vicente Fox, y fue un evento que apuntaló la desconfianza de la ciudadanía en las instituciones gubernamentales, en este caso las de administración y procuración de justicia.

Con su recaptura el año pasadoel 22 de febrero del 2014, además de echar las campanas al vuelo respecto de la supuesta eficiencia de la política de seguridad de Peña Nieto, se mencionó también por parte de la PGR que el significado de esa captura era que las fuerzas del Estado se realineaban en el objetivo de detener a los principales capos del narcotráfico y que nunca se volvería a presentar un hecho como la fuga verificada en el 2001, tal y como lo destaca en su edición del día de hoy el NYT, promesa hoy obviamente incumplida.

 

Lo que es cierto es que esta segunda fuga del líder del cártel de Sinaloa se presenta en una situación en la que la imagen del gobierno federal priista y del presidente Peña Nieto no mantienen sus mejores niveles de acuerdo y sí importantes tendencias hacia la reprobación de sus políticas y resultados. Pero más allá de la imagen y del descrédito del gobierno federal y del presidente de la República, lo realmente preocupante de esta segunda fuga del Chapo Guzmán es que se está poniendo en evidencia la debilidad de las instituciones de nuestro país. Una patente vulnerabilidad hacia el poder del dinero, hacia el poder del crimen organizado.

 

No se explica la construcción de un túnel de un kilometro y medio de largo dotado con sistemas de ventilación y alumbrado sin la participación no solamente de un grupo de celadores, sino con el acuerdo de importantes autoridades del penal de alta seguridad del Altiplano, si no es que con autoridades aún más importantes.

 

En la fuga anterior del Chapo del penal de alta seguridad de Puente Grande en Jalisco (desde entonces rebautizado por la ciudadanía como el penal de “Puerta Grande”), la PGR acusó a 62 personas, entre funcionarios, custodios y reos del penal. “Hasta el año pasado unos cinco procesados seguían presos por el caso, después de que el resto cumpliera su condena o fuera absuelto, entre ellos el ex director, Leonardo Beltrán Santana.”

 

Falta ver qué es lo que sucede hoy, a quiénes se culpará y quiénes permanecerán en la cárcel por la fuga de hoy. Tal vez se vuelva a presentar la misma impunidad que en el caso anterior.

 

Por ahora, y a juzgar por la actitud oficial, el gobierno no sale de su espasmo, de su estupor, no acierta en las primeras horas a otra cosa que a ofrecer una conferencia de prensa en donde pone al titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), Monte Alejandro Rubido García a dar una descripción -por cierto absolutamente escandalosa- de cómo es que se fugo el Chapo del penal del Altiplano. A mi parecer el gobierno está en un gravísimo problema, y no me refiero a lo evidente, a su imagen y prestigio. No. Me refiero a la gran vulnerabilidad en que ha puesto a las instituciones, una vulnerabilidad en la que lo que manda es el dinero. Y eso es el principal problema, un problema estructural para el que no existe una estrategia de “control de daños” que lo detenga.


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