Nezahualcóyotl, Méx., 30 de julio 2015.-Pamela a
sus once años, vive en la calle, con sus padres y sus dos hermanitos en
Nezahualcóyotl, pero ello no le ha impedido tener un nivel académico de
excelencia, pues sueña con ser aeromoza.
Sin embargo debe combinar sus
estudios con las labores en su casa, pues debe ayudar a separar las tortillas,
pan, y pet que su padre recolecta de la basura, al tener a cargo un carretón
jalado con caballos para la basura.
Hasta hace un año, Pamela junto
con sus padres y hermanitos Azul y Erick de siete y un año, vivían en un
campamento improvisado en terrenos irregulares del bordo de Xochiaca, pero
fueron desalojados, por lo que se asentaron sobre el camellón de la citada
avenida.
Ahora viven en un cuarto de
cuatro por cuatro, con paredes de madera y techos de lona,. pues no tienen a
donde ir, por lo que cuando Pamela debe hacer la tarea busca una mesa en casa
de su tia para hacer sus deberes.
Pamela se ha destacado en la
escuela por su promedio de 9.5 y 10, pero hay materias en donde no alcanza la máxima
calificación porque no cumple con el uniforme
“Tengo 10 pero a veces a veces
9.8, 9.9 porque la maestra de educación fisica como no tengo el pants original
de la escuela no me saca el 10, pues yo le pediría a la maestra de educación
física que viera mi situación para que no me saque el nueve, para que vea que
yo si puedo sacar 10” ,
pidió la pequeña Pamela .
A sus nueve años, sueña con ser
aeromoza, pues en la clase les han mostrado fotos de varios lugares y quiere
conocerlos.
“Quiero ser aeromoza, cuando me
enseñaron las capitales hubo varios lugares a donde quiero ir. Yo siento que seria algo muy bonito viajar”.
Ahora la angustia para sus padres
empieza nuevamente, pues Pamela regresa a la escuela a sexto grado y aunque
hacen esfuerzos como dejar de comer algunas cosas, no alcanza para comprarles
los útiles y la ropa que sus dos hijas necesitan.
Verónica Viviano, madre de Pamela
señaló que pese a las buenas calificaciones de su hija no pueden solicitar una
beca, pues les argumentan que no tienen domicilio fijo, por lo que sigue la
angustia para poder cubrir la educación de las menores, “pues afirman que es la
ùnica herencia que les pueden dejar”.
“Pues la vez que pedimos una beca
nos dijeron que no porque no teníamos una dirección fija porque vivíamos aquí
en el campamento de donde fuimos desalojados”.
Ahora en medio de tanta carencia,
la pequeña de tan sólo 11 años de edad, piensa en seguir estudiando, pues no
quiere seguir viviendo en la calle, por lo que pide a las autoridades le ayuden
a tener una casita y seguir en la escuela.
“En mi casa a mi no me gusta
vivir aquí, mi casa, mi casa, pues yo no quisiera así una casa muy grande
solamente no quisiera seguir viviendo en la calle. Yo le pediría al gobierno que me regresara a
mi casa, ahorita es de lona y de madera “, apuntó.
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